Cuando repentinamente nos deja el notable cantante, el tenor de los ojos azules, que nos acompañó durante tanto tiempo en el Teatro Municipal de Iquique, llega a nuestra alma una sensación de gran pérdida. Una parte de tí enmudece ante la trágica noticia. No da crédito a una muerte tan repentina y abrupta.
Algo habrá pasado, ¿se habrán equivocado? No se trata de quien es parte primordial de tu música. Nuestro momento de incredulidad se convierte en negación absoluta. No es él. Pasan los días, el viento, la lluvia y como tantas veces pregunto al universo ¿porqué siempre se van los hombres buenos?
El jueves en ceremonia solemne te despidieron todos quienes aun no encuentran consuelo y ese mismo día hace 9 años otro hombre bueno partió a otra dimensión, Felipe Camiroaga, otro filántropo amigo de todos. Vuestras líneas se pusieron en paralelo y cruzaron el universo celeste. No es una coincidencia, son los hilos con que se mueve el universo y destellan luz de bondad.
¿Quién me prestara palabras en la hora de despedirte? Solo decir, Jean Paul, naciste un 3 de noviembre del año 1965, sus padres grandes profesores con vocación, Lola Rivas Pérez y Andrés Boubet Renerie. Dos hermanos Jean Pier y Andrés. Tres hermosas hijas, Marie Claire Boubet Terrazas (Arquitecto), Michelle Lisette Boubet Terrezas (Diseño Gráfico) y Paulette Jeanette Boubet Araya (Estudiante 2° Medio) quien siempre estuvo a tu lado incluso en la hora de partir.
Desde tu tierna infancia demostraste aptitudes en el arte de cantar, tus primeros pasos en la Escuela Grecia de Valparaíso, luego en el Liceo Recreo Viña del Mar, participando en numerosos Festivales de la Canción y en Cobquecura obtienes el Primer Lugar, recibiendo una hermosa guitarra Tizona que afianzó aún más tus deseos por conquistar el arte de intercalar sonidos.
En Iquique obtienes el Título de Contador Auditor en la Unap, ingresas al Coro de esa casa de estudios y entregas tu canto a quien lo desee escuchar, en los pasillos, peñas, pub y festivales universitarios. El año 1989 ingresas al Coro de Cámara Teatro Municipal de Iquique en el registro de tenor. Con tu prestancia y simpatía, inmediatamente te hiciste querido por todo el exigente grupo musical. Te desempeñas profesionalmente en diversas empresas de Zona Franca. Ayudaste a numerosos trabajadores en aflicción, con actividades artísticas a beneficios y aportes personales.
Como buen descendiente de franceses exploras en el mundo de la gastronomía y decides crear el local más querido de la ciudad “Don Churrasco”. Quienes asistíamos a tú local compartíamos una grata velada llena de afecto y compañerismo. Un gentleman en la atención y profunda llegada con sus habituales comensales. En estos tiempos de pandemia, ingresabas a las prácticas y ensayos vocales vía zoom, dejando tu cámara frente a ti. Comenzabas a cantar, charlar y continuabas atendiendo los pedidos delivery y requerimientos de tus clientes desde el lugar de tu trabajo. Así eras tú de proactivo.
Los que somos hijos de una reina, atendemos y queremos a las damas como princesas. Tú amor por tus bellas y doradas hijas fue siempre tu primera misión, protegerlas y amarlas. Cuanto te llamaban triste y pedían consuelo, terminabas cantando junto a tu guitarra, dando alegría y paz a cada corazón triste.
Jean Paul, también fuiste un héroe. En Playa Lobito, la corriente comenzó a arrastrar a Michelle y no podía salir del mar. Fuiste nadando a rescatarla y quedaron atrapados. La corriente seguía su curso al mar profundo. Gracias a la oportuna intervención de un pescador pudieron salvar con vida los tres. Nunca dejó de animar a su hija, diciéndole que todo estaba bien, nunca la abandonaría y que pronto estarían a salvo. Esa historia tuvo un final feliz.
El fatídico lunes 27 de agosto, se repite la historia, pero con distinto final. Jamás renunciaste por salvar a tu dorada hija Paulette y sobrino Paul Boubet González. Tú corazón valiente indicaba que ya habías vencido al inmenso mar azul, ahora una nueva batalla era contra el fuego abrazador. Nunca renunciaste y darte por vencido. Tú alma esta en paz, llegaron los tres a una nueva dimensión, donde nunca abandonaste tú equipo y fuiste el mejor capitán.
“My Lord What a Morning”, “Oh mi Señor que Mañana”, cuando las estrellas comienzan a caer y al sonido de los clarines celestiales los que creyeron en ti, sean los primeros en resucitar. No más llantos, no más pérdidas de seres queridos. No más injusticias, de eso ya estamos cansados. La promesa de hace dos mil años se habrá cumplido.
Adiós “Tenor de los Ojos Azules”, adiós “Caballero de la Música”. Te has llevado una parte importante de todos nosotros, tú sombra ya no estará más en las luces del escenario, llenaste espacios vitales en el sonido de las prestigiosas agrupaciones vocales de nuestro Teatro Municipal. Espacios que han quedado estanco para siempre. No habrá más interpretaciones con tu hermoso timbre vocal. Cuando pasen estos días grises, solo nos queda despedirte como realmente lo mereces, “Concierto Póstumo a Jean Paul”. El que interpreta o escucha música, siente que su soledad a veces se puebla. Siempre estarás junto a nosotros y nunca te olvidaremos. Un abrazo al cielo lleno de música celestial. Tú maestro Gonzalo.
GONZALO CALLE RECABARREN
DIRECTOR COROS DEL TEATRO MUNICIPAL DE IQUIQUE